domingo, 28 de julio de 2013

Renoir y la esperanza – Ana Caliyuri & Cristian Cano

Renoir tenía encendido el televisor en el momento en que el mundo pareció detenerse ante la singular noticia. El periodista, pálido y con incipiente tartamudez, intentó explicar a los billones de televidentes acerca del descubrimiento del siglo: una civilización de ultramar que se consideraba superior a la raza humana había sido avistada. De ellos se desprendía la partícula del amor; sus mascotas eran los delfines. Renoir, desolado y angustiado, pensó en pagarse durante la primavera un viaje hasta allí, Pierre siempre había sido un conservador de las tradiciones y eso mismo lo empujó en su decisión. Fue llevado en travesía por los mismos delfines que él creyó los Bañistas de un mundo por conocer. Cuando pudo acercarse a uno de ellos las partículas se apoderaron de su interior, aunque siguió siendo un acérrimo impresionista.

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