miércoles, 22 de enero de 2014

El lugar – Esteban Moscarda & Ana Caliyuri

Entré en la habitación y me recibió una atmósfera oriental: melodías de sitar, bailes de torsos, incienso embriagante y una luz tenue como un atardecer de Bombay. No tuve miedo, más bien me dejé fascinar por las sensaciones, el aroma del sahumerio como un licor asaltando mis neuronas. Lo que no entendía era cómo había llegado hasta ahí; recuerdo un zeppelín, imágenes fragmentadas de un transporte público y una larga caminata por un camino de barro. Mi presencia no fue advertida, supongo que hay caminos que están sólo para dejar una huella. En tiempos de lobos no me hubiese dejado asaltar tan fácilmente, pero, sin dudas estos eran tiempos de máxima chispa neuronal. Salí rápidamente de allí. Siempre mi opinión fue polarizada en este tema: led es Led…zeppelín es zeppelin. Me senté en el césped ; oí el bajo endiablado y comenzó a sonar ¡Knocking on heavens door!

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