miércoles, 2 de abril de 2014

Otoñal



El otoño, como penúltima estación, me impele a nadar lento en este mundo de agilidades y destrezas.  Me gusta brindar por la libertad y el arte, ser consecuente con los locos sueños y hacer eco del no olvido: los pasos ligeros del siglo no siempre son ágiles, las liviandades de pensamientos pueden ser puntos en donde estancarse. Me preocupan los pájaros, que aún sin desplegar alas, presumen de enrojecer sus rutas. Es fácil intoxicarse de falsía, mas nadie juega a los dados con el destino sin dejar de ser efímero.

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