lunes, 25 de agosto de 2014

Tiempos de ganancia – Ana Caliyuri



Luego de hacer las compras caminé sin rumbo fijo, eso de vagar es un buen remedio a la hora de descargar los pensamientos. Todo hubiese sido como otras veces si no me hubiese cruzado con esa mirada de lobo hambriento. Cuestión de supervivencia, me dije a mi misma, tratando de calmar mi inquietud. Seguí caminando como si nada sucediese, aunque dentro de mí todo sucedía: náuseas, temblor y un alto grado de desconfianza. Acomodé mejor la bolsa que llevaba colgando del brazo, ese gesto pareció despertar el aire instintivo de otros. Una simple bolsa es causa de inseguridad en estos tiempos; es que estos tiempos que corren están cargados de indiferencia. No sé si es factible hacer la diferencia entre los indiferentes, el caso es que cuando todos ellos se aproximaron arrojé la bolsa unos metros más allá de mí y sin ningún miramiento, eché a correr. Me salvé de la jauría de perros , aunque perdí el kilo de carne. No siempre se puede ganar…

No hay comentarios:

Publicar un comentario