domingo, 5 de octubre de 2014

De sueños e ilusiones


Tras el cristal de la vida suelen pasar mundos que son y no son míos, mi desafío es detenerlos.
Mi desafío es gobernarlos para comprenderlos. Uno suele adornarse de fantasías, de viejos y nuevos sueños, de condescendientes estrellas que no mueren, de alas que laten el aire de la ilusión más genuina.
Como la lluvia, se desgajan los mundos: los que habitan dentro y los que se cruzan con otros destinos.
Cuando algún bello sueño baja a tierra y se concretiza, se me ocurre contemplar el instante desde un ángulo distinto, para eternizarlo y mecerlo con el atavío del infinito. Luego, todo retorna a su habitual punto: el de nacer con algun nuevo anhelo para arrojarlo a las aguas de los desafíos.

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