jueves, 27 de febrero de 2014

El cartel

Iba camino al encuentro, después de todo, alguna vez hay que intentar ser más sociable. Todos aprendemos de todos. Me hablaron muy bien de este grupo, se respetan, se comprenden, se ayudan, ergo, ha de ser un grupo creativo distendido y no competitivo, pensaba mientras esquivaba las hojas de los árboles caídas sobre la acera. En verdad; ella goza de un cierto grado de timidez rayano con la ridiculez o tal vez es la torpeza quien la coloca siempre en absurdas situaciones. El caso es que al traspasar el umbral de la pequeña sala donde estaba previsto el primer encuentro de escritores, el tacón de su zapato quedó enganchado en el escalón o mejor dicho en la insensatez. Se desplomó a lo largo de la puerta ante la presencia de los que allí estaban. Alzó la testa y alcanzó a ver un cartel colgado sobre la puerta de acceso. Lo leyó y los ojos parecieron girar como la niña del exorcista, se alzó como pudo y huyó de allí. Esto de catalogar a la gente nunca me ha gustado. Menos que menos me gusta que me digan en qué lugar he de estar. Nononono. Jaj; menos mal que a pesar del golpe pude leer el metamensaje del cartel, se dirá metamensaje? O ha de ser un submensaje, bueno como sea lo víiiii.y decía bien clarito “Quien adelante no mira, atrás se queda.” No seré una adelantada, pero mi abuela siempre decía: “para muestra alcanza un botón”…

lunes, 24 de febrero de 2014

Entre la sed y la sed



Este siglo colmado de  primaveras artificiales porta consigo una ancestral sed que nada apaga. Como si todo se consumase en una lluvia entre volcanes cuyas lavas recorren territorios de desiertos conocidos, antiguos y esenciales. Pero, permanecer en el infinito de otra alma es tal vez un recorrido más amplio y menos inmediato. Es quizá turbar el tiempo hasta anularlo. ¿Es eternidad un instante? La respuesta se encuentra suspendida en cada morada. A ojos vistas, a redes expuestas:  fundir llama con llama no alcanza en tiempos de corazones gigantes.

Impaciencia



El impaciente
desorbita
en el vacío
la esperanza añeja.
Luego, viste
de ansiedad
los instantes
sin percibir
el poder
de Cronos
en suspenso…
Cualquier estación
hablará
de los sentires
venturosos
o lastimeros.
Todo es crepúsculo
y epitafio
al mismo tiempo.

lunes, 17 de febrero de 2014

El pacto - Cristian Cano & Ana Caliyuri



Doce monedas de un material exótico cayeron sobre la mesa. Cuando detuvieron su movimiento los rostros en relieve de un ser mucho más inquietante fueron evidentes. El reptiliano me observó e inmediatamente supe sus intenciones: agonizaba y esas piezas ancestrales eran su única manera de sobrevivir a sus perseguidores. Sin mover un músculo del rostro dio media vuelta y desapareció. Las monedas empezaron a brillar y se fundieron en una pieza única, blindada, categórica, herméticamente dispuesta a la espera de la barca que las rescatase (como a mí) de este putrefacto lugar llamado Hades. A gran distancia, en otra orilla del infierno, se deslizaban similares monedas hasta colarse en el firmamento. Desde la altura, ellas nos fisgoneaban amarillentas. No todas las estrellas son sanctas ni todas cumplen con el pacto de vivir eternas. El reptiliano, visiblemente iluminado, ardía como un astro nuevo.

domingo, 16 de febrero de 2014

En el abismo


Cristopher Pachs  era conocido en el pueblo por ser un acérrimo amante de los buenos vinos y manjares. Solía rociar la noche, a la luz de las estrellas, descorchando un  Berry Night cosecha 55. Los alimentos elegidos variaban entre frutos de la mar cocidos y carnes crudas. Llevaba en sus entrañas la idea de beberse de un sorbo la vida, no obstante ello, se sentía infeliz.

Aquél recordado día sintió por vez primera el caos de la indecisión: debía elegir una buena bebida y una excelente comida para una invitada, el problema radicaba en que ella era  abstemia y de gustos simples. No pudo dormir , el insomnio se apoderó de él al no hallar la combinación  adecuada para la cena prevista. A la mañana siguiente salió camino al bosque, supuso que hallaría frutos frescos, sin embargo nada encontró. Desahuciado quiso llegar a una fuente de agua pura para recoger un poco en una antigua ánfora, pero para ello debía cruzar un puente a gran altura. Cristopher sufría de vértigo. Cerró los ojos y cruzó el puente. Fue en vano: el manantial estaba seco. Retornar sin nada en las manos lo convertía en un pésimo anfitrión. Volvió a cerrar los ojos, pero esta vez del otro lado del puente lo esperaba la invitada con un atardecer entre las manos para beber el paisaje que el cosmos les ofrecía. El hombre tanteó entre sus ropas buscando en los bolsillos la petaca de licor predilecta, necesitaba un poco de coraje para enfrentar el destino. No encontró el frasco. Con la boca seca y las mejillas húmedas sacó fuerzas de su profundidad y a tientas comenzó a cruzar el abismo…

sábado, 15 de febrero de 2014

Del otro lado





Al alba

una sombra

germina

sus sueños

en la boca

de un girasol

ajeno.


Poema realizado al cuadro de la pintora argentina Andrea Denegri.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Castigo del ave – Carlos Enrique Saldivar & Ana Caliyuri

Nunca me había pasado antes, pero esta noche sentí deseos de subir a mi azotea, sentarme y atisbar el cielo estrellado. Me dije que las posibilidades de ver un OVNI eran casi nulas; no obstante, seguí mirando durante una hora, dos horas, y allí apareció: era una especie de pájaro pequeño, luminoso y bello. Venía hacía mí con rapidez. Me preocupé, quizá el ave acabaría conmigo porque cometí el grave error de verlo sin sentir miedo. Aleteó sobre el tejado de la casa lindera, se posó a metros de mí; apuntó con su luz hacia mis retinas. No supe cuánto tiempo duró todo esto. Cuando quise reaccionar, el ave se introdujo por mi boca, revoloteó por mi paladar, cosquilleante. Me embargó un suave sopor. En cuanto desperté del letargo, corrí hacia el espejo del baño. Mis ojos brillan como dos soles, pero mi boca se niega a hablar.

martes, 11 de febrero de 2014

Tras la ventana






Recogí
la sombra
que muda
palpitaba
en el suelo.
Cientos
de preguntas
y una lágrima
inmensa
despertó
del muro
de los pensamientos.
Luego, el corazón
alivió
su pena.
Tras la ventana
el sol
de la armonía
iluminó
sincero.

Poema realizado al cuadro de la pintora argentina Andrea Denegri.

Y NOS ARRAIGAMOS






Y nos arraigamos
por los siglos
de los siglos
a ecos
profundos
de amor
y esperanza
para prolongar
el sentido
una y otra vez
de espejarnos.


Poema escrito al cuadro de la pintora argentina Andrea Denegri

lunes, 10 de febrero de 2014

RENACER







Cual nuevo
Alfa

una flor
se ofrece
al renacer.
Detrás de ella
la sombra
pronuncia
un verbo herido.
¿Quién pudiese
comprender
que todo renace
en el desierto
de uno mismo?
El aire
está callado,
la lluvia
se ha detenido.
Lentamente
se asoma
la luz primera
que trasciende
el tiempo
y lo vivido.



Poema realizado al cuadro Renacer de la mujer detrás de la mujer  de la pintora argentina Andrea Denegri.


jueves, 6 de febrero de 2014

El dios - Esteban Moscarda & Ana Caliyuri

Los dioses suelen ser muy hijos de puta. Cronos, por ejemplo, que le cobraba impuestos de sangre a sus esclavos; Morfeo, que pinchaba las fantasías eróticas, los sueños húmedos, de decenas de jóvenes guerreros. Pero el peor de todos creo que fue Illiar. Dios conocido apenas por pocos, dios de las sombras y la tecnología, gustaba de torturar con mucha perversidad a las niñas de Esparta. Las salpicaba de frases vacías que ellas creían a pie juntillas para luego esparcirlas por otras latitudes. Además a Illiar se le debe la desmemoria, la falsía, la copa de la desdicha, los desengaños, las desesperanzas y las porfías. Después que entierra a sus víctimas se encarga de enviarle algún dios menor para que renazcan como bellas mariposas. Y las niñas de Esparta,tontas niñas, dejan de ser orugas para ser manjar de Illiar. Desde siempre los dioses ganan con o sin tecnología…