martes, 8 de diciembre de 2015

Magnicidio de la idea


Stephen Jirg poseía una gran fortuna. Figuraba en la lista de los diez hombres más poderosos de la Tierra, pero no le bastaba para colmar su ambición.

 Una noche de oscura clarividencia compró todos los satélites de comunicaciones existentes. Sus adversarios hacían otro tipo de negocios más riesgosos que dejaban suculentos dividendos. Sin embargo, el Sr Jirg pensó que para matar otras ideas no es necesario más que propagar, como el viento perseverante, una mediocre idea. Así fue como Stephen logró ser el hombre más rico del planeta…

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